En Chile, como en gran parte del mundo, el mercado de las drogas psicoactivas ha experimentado transformaciones en los últimos años: se tienen nuevas drogas sintéticas, persisten patrones históricos de consumo (alcohol, cannabis y cocaína) y emergen fenómenos particulares -como el consumo de pasta base o el inhalante en adolescentes-, que demandan respuestas de salud pública, prevención y reducción del daño.
Aquí revisamos las sustancias sobre las cuales hoy más daño o riesgo generan, qué es lo que muestran acerca de sus comportamientos las evidencias oficiales, y qué puedes hacer concretamente (aunque sea poco) si te preocupa esta situación (si es por tu experiencia, la de un familiar o la de tu comunidad).
Pasta base de cocaína (pasta base / paco): daño social y salud pública
La pasta base de cocaína (conocida en Chile por distintos nombres) sigue siendo una de las sustancias asociadas a mayores daños físicos, sociales y sociales en determinados sectores. Es especialmente peligrosa por su composición variable, por la forma de consumo (frecuentemente inhalada o fumada en contextos de consumo problemático), y por las complicaciones sanitarias y de marginalidad que se observan en poblaciones en situación de calle y en grupos vulnerables. Informes técnicos del Estado muestran que el consumo de pasta base persiste en distintos tramos etarios y presenta patrones de uso más intensos en grupos adultos jóvenes y adultos.
Por qué es peligrosa: composición impura (residuos de proceso), intensidad de los efectos, riesgos de dependencia rápida y mayor exposición a condiciones de vulnerabilidad (salud física, vivienda, violencia).
Cocaína (clorhidrato) y derivados: riesgos de uso y adulteración
La cocaína en su forma de clorhidrato sigue presente en el mercado chileno. Aunque es distinta a la pasta base en potencia y forma de consumo, los riesgos principales son la cardiotoxicidad (arritmias, infartos), la hipertensión aguda y la posibilidad de eventos psiquiátricos (ansiedad extrema, psicosis). Además, la adulteración por otras sustancias -incluyendo cotizantes peligrosos o mezclas con drogas sintéticas- aumenta el riesgo de sobredosis o reacciones inesperadas. Datos de SENDA y del ISP sobre laboratorios de sustancias muestran vigilancia creciente sobre adulterantes y nuevas sintéticas.
Opioides sintéticos (riesgo por fentanilo) — alerta y respuesta sanitaria
En muchos países la aparición de fentanilo y sus análogos ha generado una crisis de sobredosis. En Chile, las autoridades sanitarias y el Instituto de Salud Pública (ISP) han emitido comunicaciones de riesgo y las autoridades anunciaron medidas para monitorear y detectar su presencia, así como para ampliar la disponibilidad de naloxona, el antídoto que revierte sobredosis por opioides. Esto no significa que haya un problema masivo y homogéneo en todo el país como en otros lugares, pero sí que existe una alerta y una acción de vigilancia y respuesta ante su posible ingreso o circulación.
Qué hacer en caso de sospecha de sobredosis por opioides: activar urgencias (SAMU 131), llamar a servicios de emergencia y, si existe naloxona disponible, administrarla mientras llega atención profesional (ver apartado de naloxona y referencias). Para información sobre el uso de naloxona y su rol, ver guías internacionales y las medidas del gobierno chileno.
Drogas sintéticas emergentes (cannabinoides sintéticos, nuevas aminas, mefedrona, etc.)
El ISP y SENDA han detectado ingreso y circulación de nuevas drogas sintéticas en los últimos años; muchas son variantes de cannabinoides sintéticos, cathinonas (como la conocida “mefedrona” en otros mercados), u otras moléculas novedosas. Estas sustancias son especialmente peligrosas porque su potencia y perfil tóxico son impredecibles, las dosis no están estandarizadas y pueden causar intoxicaciones graves -convulsiones, arritmias, agitación extrema- en consumidores ocasionales. Por eso existe un Sistema de Alerta Temprana y esfuerzos para mejorar la trazabilidad y control farmacéutico.
Metanfetaminas y estimulantes sintéticos: menor prevalencia, mayor daño puntual
La metanfetamina y otros estimulantes sintéticos tienen presencia limitada pero creciente en ciertos circuitos. Su uso se asocia a daño físico (agotamiento, estrés cardiovascular), trastornos psiquiátricos (psicosis estimulante) y comportamientos de riesgo que aumentan la probabilidad de accidentes o violencia. Los informes de fiscalía y organismos de seguridad pesan el rol del tráfico organizado y la difusión por redes.
Inhalables: riesgo en jóvenes y adolescentes
Los inhalables (pegamentos, solventes, combustibles) siguen siendo una preocupación por su uso frecuente entre niños y adolescentes en contextos vulnerables. Aunque su prevalencia en población general no es alta, los efectos -daño neurológico, arritmia fulminante, muerte súbita- son severos y muchas veces invisibles. SENDA publica cifras y programas orientados a la prevención en escuelas y comunidades.
Psicofármacos y benzodiazepinas fuera de receta: dependencia y riesgos
El uso indebido de tranquilizantes y psicofármacos (benzodiazepinas, sedantes) sin prescripción ha aumentado en ciertos grupos, y su combinación con alcohol u otras drogas eleva el riesgo de sobredosis y complicaciones respiratorias. Las campañas de control de receta electrónica y trazabilidad buscan reducir el desvío de medicamentos.
Medidas de seguridad y reducción de daños: qué funciona y qué debes saber
La mejor estrategia es prevenir, pero cuando la prevención falla, la respuesta práctica y basada en evidencia salva vidas. Aquí un listado claro de medidas:
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Información y vigilancia: Infórmate con fuentes oficiales (SENDA, ISP) sobre alertas de sustancias nuevas o lotes peligrosos. El Sistema de Alerta Temprana publica hallazgos y recomendaciones.
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No consumir solo: si alguien decide consumir (aunque lo ideal sea no hacerlo), hacerlo en compañía de una persona sobria disminuye el riesgo de muerte por sobredosis -esa persona puede pedir ayuda y realizar maniobras de primeros auxilios.
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No mezclar sustancias: las combinaciones (alcohol + benzodiazepinas, opioides + alcohol, estimulantes + antidepresivos) aumentan el riesgo de reacciones adversas y sobredosis.
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Conocer signos de sobredosis y actuar: respiración lenta o ausente, coloración azulada, pérdida de conciencia. En sospecha de sobredosis por opioides, llamar a urgencias y administrar naloxona si está disponible. Guías internacionales explican cómo usar naloxona; en Chile hay un plan para aumentar su disponibilidad.
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Acceso a ayuda profesional: si hay consumo problemático, buscar tratamiento en centros públicos o privados. SENDA dispone de información sobre cómo acceder a tratamiento y al teléfono de orientación (Fono Drogas y Alcohol 1412).
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Reducción de daños comunitaria: en muchos países las iniciativas de reducción de daños (entrega de jeringas, naloxona comunitaria, puntos de escucha) reducen muertes y enfermedades. Chile está desarrollando protocolos y programas específicos para nuevas drogas sintéticas y mayor trazabilidad.
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Seguridad en casa y primeros auxilios: mantener números de emergencia a la vista (Carabineros 133, SAMU 131), conocer RCP básica y tener un plan claro para actuar ante una intoxicación.
Recursos útiles en Chile (contactos y dónde informarse)
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SENDA (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol): información, prevención y acceso a programas. Fono Drogas y Alcohol: 1412.
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ISP (Instituto de Salud Pública): reportes y alertas sobre nuevas sustancias detectadas en laboratorio.
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Ministerio del Interior / Subsecretaría del Interior: noticias sobre políticas y planes frente a drogas sintéticas y trazabilidad.
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Emergencias: Carabineros 133, SAMU 131 (si hay riesgo vital o sobredosis).
Hablar de drogas implica balancear la prevención, la sanción de trafico y la salud pública. En Chile las autoridades han fortalecido la vigilancia (ISP, SENDA), están detectando nuevas drogas sintéticas y se han propuesto medidas prácticas -como aumentar la disponibilidad de naloxona- para reducir muertes evitables. Pero la respuesta más efectiva empieza en la comunidad: información veraz, apoyo a quienes consumen, acceso oportuno a tratamiento y medidas concretas de reducción de daños.
Si te preocupa un caso puntual -un familiar, un vecino o tú mismo- busca orientación en el Fono 1412 (SENDA) o consulta a un profesional de salud. La información y la acción oportuna salvan vidas.